La alquimia artesanal detrás de la decoración: Pictalab transforma interiores en obras de arte vivas
Si la decoración es el arte de transformar un espacio en una experiencia sensorial, Pictalab ha llevado este arte a su máxima expresión. Con más de 15 años de experiencia en el ámbito internacional, este colectivo de decoradores, pintores y artesanos de alta gama ha convertido el lujo y la creatividad en su sello distintivo. Desde su atelier en Milán, Pictalab ha perfeccionado el arte de pintar sueños y convertir las paredes en lienzos cargados de significados, texturas y detalles que trascienden lo común.
Más allá del papel: creatividad y técnica en equilibrio
Lo que Pictalab propone no es simplemente decorar, sino contar historias. Y es que su equipo, con una pasión inagotable por la calidad artística, se dedica a la experimentación constante de técnicas. Sin embargo, no hay espacio para la improvisación, sino para una ejecución perfecta, donde el uso de papeles versátiles —que van desde la tradicional fibra de vidrio hasta la delicada seda o el lino—, abre infinitas posibilidades. “El papel es un medio mágico”, podríamos decir, ya que una vez aplicado en las paredes, adopta la apariencia de un fresco pintado a mano.
Este enfoque transforma lo que podría ser una simple elección de material en una declaración artística: el papel no es solo un soporte, sino un vehículo para el arte mural. Además, todos estos materiales son impermeables y fáciles de limpiar, lo que los hace tan prácticos como deslumbrantes.
Todo comienza con un sueño… o con un brief
El proceso de creación en Pictalab es una sinfonía de detalles y colaboración con el cliente. Todo comienza con algo tan simple como un brief: una serie de requerimientos, ideas y sugerencias que sirven de base para un trabajo verdaderamente personalizado. Esta fase inicial es el punto de partida donde las preferencias del cliente se combinan con la visión artística del equipo.
Lo que sigue es casi una danza entre propuesta creativa y afinación visual. Tras recibir el brief, Pictalab ofrece una serie de propuestas a medida, acompañadas de indicaciones de costo, para que el cliente tenga siempre claridad y control sobre el desarrollo del proyecto.
El poder del croquis y el render: afinando hasta el último detalle
¿Y cómo se transforma una idea en algo tangible? A través de croquis, bocetos, renders y mood-boards. Este tipo de visualizaciones permiten no solo anticipar el resultado final, sino también involucrar al cliente de manera activa en la selección de los mejores medios técnicos, los colores más adecuados y los detalles decorativos que harán de su espacio algo único.
En este punto, la interacción con el cliente no es solo bienvenida, sino necesaria. La visión compartida se convierte en la piedra angular del éxito. Así, Pictalab no solo ejecuta una propuesta, sino que la refina junto al cliente, ajustando detalles para que el resultado final sea impecable.
Realización: cuando la magia ocurre
El momento cumbre llega cuando el proyecto toma vida. Las obras de arte pueden ser pintadas directamente in situ o trabajadas en el atelier para ser trasladadas y aplicadas sobre la superficie deseada. Cuando se trata de papel pintado, este se trabaja con esmero en el taller, se embala cuidadosamente y se instala en el espacio del cliente con una precisión meticulosa.
Este proceso habla de la profunda artesanía que envuelve a cada proyecto: desde el primer trazo en el papel hasta la instalación final, cada detalle es un reflejo del compromiso con la perfección. Y es que, más que decorar, Pictalab crea arte que trasciende el tiempo, fusionando lo contemporáneo con técnicas y sensibilidades que evocan un pasado de pura artesanía.
De Milán al mundo: una tradición futurista
La belleza del enfoque de Pictalab radica en su capacidad de adaptarse a cualquier rincón del mundo, llevando desde Milán un toque artesanal que resuena tanto en proyectos locales como internacionales. Este viaje de la tradición a la innovación demuestra que la verdadera artesanía nunca pasa de moda. Cada proyecto es un testamento del poder de la decoración personalizada, donde el arte y la funcionalidad se encuentran en un delicado equilibrio.
“Los detalles no son solo detalles; son el diseño”, decía Charles Eames, y en el caso de Pictalab, esta máxima se convierte en una realidad palpable en cada pared, en cada rincón.