¿Puede el VINTAGE-FUTURISM salvar la música del alma perdida? Kelly Deco desata un torbellino retro galáctico con Constellation
El vintage-futurism ha vuelto para quedarse… y viene con traje espacial, cabello engominado y una autómata en tacones 🚀✨. En un mundo donde las canciones parecen clonadas por algoritmos sin corazón, Kelly Deco emerge como un cuentacuentos cósmico con guitarra eléctrica y ecos de Bowie. Su nuevo trabajo, Constellation, no es solo un álbum, es un viaje interplanetario donde lo retro y lo futurista se besan en la penumbra de una galaxia lejana. Y en el centro del huracán, una musa robótica llamada “Automat Girl”.
Cuando la nostalgia se viste con láser y brillantina
Kelly Deco no compone canciones. Crea viñetas visuales, películas no filmadas, estampas que podrían colgarse en una cafetería de Marte atendida por androides con alma de crooner. Desde el título mismo del disco, Constellation, se intuye que aquí no hay lugar para el costumbrismo ni las medias tintas. Hay una galaxia completa de referencias flotando en su música: el glam de los 70, la psicodelia más elegante, el teatro musical que ríe y llora al mismo tiempo, y esa bendita rareza que convierte un tema en una experiencia.
Pero cuidado: no es un pastiche ni una parodia. Es una recuperación sentimental de lo que fuimos y un guiño a lo que podríamos ser. Es la mezcla precisa entre un Hopper melancólico y un Ziggy Stardust de hojalata.
“‘Automat Girl’, inspirada en el cuadro de 1927 de Edward Hopper, es un pedazo de vintage-futurism ambientado en un futuro no tan lejano”, nos dice Deco. Y uno no puede evitar imaginar a esa chica de mirada perdida en una cafetería automatizada, rodeada de neones parpadeantes, suspirando por un amor que quizás solo exista en su código fuente.
“David Bowie’s Brain” y otras cápsulas del tiempo musical
Hay algo profundamente hipnótico en los títulos del disco. No están ahí solo para sonar cool —aunque, vamos, suenan gloriosos—, sino que cada uno funciona como el punto de partida de una narración en sí misma. “David Bowie’s Brain” es un homenaje sin camuflaje: una disección ficticia del genio, una carta de amor a su imaginario interdimensional. “Destination Fascination” te arrastra a un viaje espacial donde la única brújula es la curiosidad. Y “Creature Dreams”… bueno, ese tema parece salido directamente del diario íntimo de un ser de otro planeta intentando entender nuestras emociones humanas.
En palabras de Greg Prato, de BraveWords, la mezcla de rock setentero con giros futuristas recuerda a Bowie, Meat Loaf, Anthony Newley y Love. Es cierto, pero sería injusto reducirlo a una simple suma de influencias. Kelly Deco no copia: recicla con inteligencia, homenajea con emoción, y sobre todo, imagina con una libertad que hoy parece un lujo.
“Hay robots que lloran mejor que nosotros”
“La nostalgia no es un freno, es una rampa de lanzamiento”. Esa frase no la dijo Deco, pero podría haberlo hecho. Porque en su universo no hay miedo a mirar atrás, a abrazar lo cursi, lo kitsch, lo profundamente humano que alguna vez fue etiquetado como “pasado de moda”. Y qué ironía: ahora que lo humano parece cada vez más lejano, nos hace falta más vintage-futurism.
La producción del disco, a cargo del legendario Val Garay —sí, el mismo que trabajó con Linda Ronstadt y James Taylor—, es tan pulida como un traje espacial recién salido del taller de Tesla. Y por si fuera poco, el arte visual del álbum lleva la firma del mítico Ioannis, conocido por colaborar con Deep Purple y Styx. Una de sus últimas obras originales, dicen. Un broche de oro para una joya sonora.
“El futuro no es un lugar, es una melodía en bucle”
Constellation no es solo un disco. Es una colección de mundos encapsulados en once pistas. Un viaje en coche por la Vía Láctea con la radio encendida y las ventanas bajadas. Una postal de un futuro con alma retro. Entre los temas, hay joyas como “Mr. Tomorrow” —que suena a Sinatra pilotando una nave espacial— o “Gone”, que huele a despedida pero también a renacimiento.
“Dancing At The Fall” parece escrita para ese último baile antes del fin del mundo. Y “Voyage To The Silver Sun” podría musicalizar el aterrizaje de una civilización desconocida… o el despertar de un humano que se atrevió a soñar despierto.
El videoclip de “Automat Girl”, ya disponible en el canal de BraveWords Records en YouTube, no decepciona: imágenes que oscilan entre lo art decó y lo retrofuturista, letras que cuentan más de lo que parece y una atmósfera que envuelve como la niebla en una película noir con hologramas.
“Las estrellas no mienten, pero se esconden bien”
“Automat Girl no quiere ser humana. Solo quiere que la entiendan”, dice alguien en los comentarios del vídeo. Y quizá esa sea la gran metáfora de todo este viaje: la necesidad de conexión, de amor, de ser visto, incluso entre criaturas sintéticas o viajeros de otra era.
Mientras tanto, Kelly Deco sigue orbitando a su ritmo, escribiendo canciones desde ese limbo entre la nostalgia y la ciencia ficción, donde todo es posible si sabes cerrar los ojos en el momento justo. No quiere salvar la música. Solo quiere que volvamos a sentir. Y vaya si lo consigue.
“La música es el lugar donde el futuro y el pasado se abrazan” (Frase atribuida a un viejo músico sin tiempo)
“Lo que se escribe entre estrellas no se borra con algoritmos” (Anónimo del cosmos)
La fuerza del vintage-futurism está en hacernos recordar lo que aún no vivimos
“No todo lo antiguo es viejo. A veces, solo estaba esperando su momento”
Entonces, ¿será Constellation la banda sonora del mañana que soñamos ayer? ¿O solo un espejismo musical en una época que ya no cree en el misterio? Solo hay una forma de saberlo: dale al play y cierra los ojos. ¿Quién sabe qué constelación encontrarás al otro lado?
Y si quieres descubrir más sobre este viaje retro-galáctico, puedes encontrar el álbum en CD o vinilo a través de esta página de Deko Entertainment.