Ruta STEAMPUNK: Epsom, Galveston, Waltham y Atlanta
STEAMPUNK como método: mapa vivo, taller y negocio
Cuatro plazas, una gramática: artesanía, tecnología, público
Estamos en octubre de 2025, entre Epsom, Galveston, Waltham y Atlanta, y el STEAMPUNK late como laboratorio abierto. La idea central es simple: unir oficio y tecnología en plazas cívicas y megaconvenciones, donde el retrofuturismo victoriano no solo posa, sino que itera, aprende y vende con reglas claras, seguridad y humor.
“Diseño con latón primero, silicio después.”
Camino entre teteras con ruedas y bobinas que rugen como felinos educados. En el Surrey Steampunk Convivial de Epsom, el ambiente es de club maker con ironía británica: talleres, artes aplicadas y high tea donde la estética vintage industrial se convierte en prototipo listo para el siguiente drop. Cruzo el charco y aterrizo en Moody Gardens, Galveston: la performance tecnológica manda, con bobinas de Tesla, circo aéreo y aventuras verneanas que validan wearables retro y props cinéticos como I+D a la vista del público. En Watch City, Waltham Common, la memoria relojera legitima el juego: plaza abierta, makers y vendors, escenario cívico y patrimonialización industrial que permite testear sin fricción. Y en Dragon Con, Atlanta, el músculo: desfiles, mercado especializado, talleres técnicos y sesiones de lookbooks que conectan cosmakers con cadenas de suministro. Aquí la Historia Alternativa cierra el círculo y abre la caja registradora.
By Johnny Zuri
El XIX no vuelve: lo usamos como interfaz. Mecánica expuesta para explicar, electricidad teatralizada para emocionar y etiqueta victoriana como house rules que ordenan el tumulto sin matar la magia.
¿Cómo integrar microcontroladores en corsetería STEAMPUNK?
“Que parezca latón aunque piense en C.”
Yo sigo una regla: latón primero, silicio después. Primero resuelvo la pieza como si fuera cien por cien victoriana; luego incrusto la lógica como si fueran placas de fabricante, guardas o medallones.

En corsés, reparto peso y calor en la espalda o el busk con “falsos” canalés metálicos que alojan batería y control. El cableado corre por cinta textil con hilo conductor como si fueran ballenas; los fusibles rearmables existen, solo que disfrazados de ribetes. En las goggles, escondo microcontrolador y radio en las patillas; los oculares son de doble pared con rejillas ornamentales que ventilan de verdad. Un único puerto magnético (camuflado como broche) basta para servicio y carga.
Para interfaces hápticas prefiero LRA o ERM de moneda en corredores textiles, desacoplados del hueso con espuma de celda cerrada. Actuadores laterales y lumbares para confirmaciones; en esternón, señal lumínica difusa y nada de vibración: respeto el cuerpo. Inputs discretos: IMUs para gesto corto, reed switches detrás de remaches, y LEDs con difusores de mica o vidrio lechoso, animados en PWM suave (respiraciones, no discoteca).
By Johnny Zuri
Si Babbage hubiera tenido Wi-Fi, habría escondido sensores en los corsés. Yo le añado un kill switch accesible y me quedo tan ancho.
La plaza, el jardín y la mega: cuatro nodos, cuatro funciones
Nodo | ADN de experiencia | Lo que prototipo | Métricas que miro | Qué vendo mejor |
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Epsom (Surrey Steampunk Convivial) | Taller cercano, humor seco, artes aplicadas | Corsetería y mecánicas discretas, microcontroladores en vestuario | Tiempo en mesa-taller, loops completados, feedback cualitativo | Kits DIY, wearables retro base, servicios de ajuste |
Galveston (Moody Gardens) | Performance tecnológica, bobinas de Tesla, circo | Props cinéticos, autómatas de robótica blanda, interfaces hápticas | Uptime por show, incidentes/1000 interacciones, recuerdo sonoro | Props premium, booking de shows, licencias |
Waltham Common (Watch City) | Plaza cívica, relojera, patrimonio | Pruebas de producto públicas y vendors | Tasa de retorno, rutas de calor, conversión plaza→tienda | Accesorios modulares, upgrades, mantenimiento |
Atlanta (Dragon Con) | Macro, multiescena, supply chain | Colecciones cápsula escalables, lookbooks, deals | € por minuto de contacto, leads, LTVO | Cápsulas pro, ediciones limitadas, B2B |
“La estética manda cuando la logística obedece.”
¿Qué robótica blanda permite autómatas “decimonónicos” seguros?
Yo evito la fuerza bruta. Uso siliconas de baja presión con microbombas silenciosas, tendones textiles con muelles de retorno y bisagras vivas en TPU. Si hay servos, viajan encapsulados; los engranajes que se ven pueden ser fake, y la transmisión real, por Bowden con finales elásticos. Para gestos mágicos: SMA con límite térmico y disipación en latón (parece adorno). Para seguridad, embragues magnéticos que resbalan al tope y adiós dedos atrapados.
Coreografío amplitudes cortas, velocidades por debajo del instinto de retirada y un ruido mecánico intencional que el público reconoce: máquina, no amenaza.
By Johnny Zuri
Un autómata no tiene que ganar pulso. Tiene que perder con elegancia cuando alguien mete la mano.
XR “walkable”: ciudades industriales con datos abiertos
Sí, un pipeline XR sirve, si respeta la materia y no intenta taparla. Mezclo fotogrametría (objetos singulares) con OpenStreetMap (trazas), LiDAR público (volumen) y glTF para entrega web. Las plazas cívicas piden WebXR en móvil; los interiores, motor en tiempo real con capas: ruina, hipótesis e Historia Alternativa.
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OSM y atribución: guía clara en copyright de OpenStreetMap.
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LiDAR y geodesia: PNOA/IGN y QGIS para alinear CRS; QGIS documentado en su intro y manejo de PROJ (consulta la documentación oficial).
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Modelado abierto: Meshroom/AliceVision para SfM/MVS —ver AliceVision— y Blender con exportador glTF 2.0.
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Entrega y escala: glTF/.glb para objetos, 3D Tiles para conjuntos urbanos —ver OGC 3D Tiles o las especificaciones en CesiumGS.
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API XR web: WebXR documentado en MDN.
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Inventarios: Arches como vocabulario y datos patrimoniales —Arches Project.
Buenas prácticas de plaza: KTX2/Basis para texturas, Draco para malla, HLOD para móviles, audio espacial mínimo, y señales hápticas suaves en wearables retro que no compitan con la calle.
“El XIX como HUD”
El rótulo con serif guía mejor que un pop-up. La naturalidad gana.
Más allá del “like”: métricas reales de ROI en activaciones STEAMPUNK
Me obsesionan tres niveles: escena, tienda y ecosistema.
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Escena: minutos de atención profunda por kilovatio, acciones completadas por paso, incidentes/1000 interacciones, uptime por show.
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Tienda: € por minuto de contacto, ratio pack vs pieza suelta, ticket medio, conversión prueba→compra, canje de códigos físicos.
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Ecosistema: leads cualificados, alta al CRM, aperturas post-evento, NPS en situ, LTVO y coste de adquisición por canal físico.
Con esto separo la foto viral del negocio que paga facturas. Y sí, mido también índice de reusabilidad de módulos y mantenimiento/hora de exposición. La naturalidad es rentable.
“Si no puedo medirlo, no puedo vestirlo.”
Cápsulas retro modulares: plaza cívica vs Dragon Con
Trabajo en dos capas. La base cívica es resistente, respirable y autónoma: tejidos de gramaje medio, cierres magnéticos ocultos, paneles que cambian silueta sin desmontar. Nada de bordes duros ni brillos agresivos. El overlay Dragon Con añade harness interno para electrónica, batería intercambiable, pasacintas que parecen trencilla y anclajes para props cinéticos.
Lo llamo MOLLE victoriano: presillas bajo galones, mosquetones mini en latón envejecido y paneles reversibles. En goggles, frontales intercambiables; en botas y guantes, agarre real (la foto no justifica un esguince). Logística: perchas plegables, baúles modulares y bolsillos con QR discretos para upsell posterior.
By Johnny Zuri
De día plaza, de noche pasarela. Mismo esqueleto, piel distinta.
Makers y vendors: el binomio ganador
El formato taller + mostrador es invencible. Lo que se prototipa, se vende al rato. Etiquetas como patentes de época, manuales con aire de catálogo decimonónico, y stands que parecen banco de trabajo, no bazar. Packs “kit de viaje”: wearable retro, consumibles y manual ritualizado. Ediciones numeradas con punzón: la mano deja marca y el coleccionista sonríe.
La comunidad se engrasa con teapot racing, high tea victoriano y cruces entre corsetería y mecánicas, fotografía y lookbooks. El resultado: más ticket medio, menos fricción.
“La venta empieza cuando explicas, no cuando cobras.”
Fotografía y lookbooks: presente histórico que vende
Trabajo con tungsteno cálido, sombras que dibujan engranajes y piel con textura que no pide retoque. El lookbook es informe de campo: la modelo —o el autómata— habita la ciudad industrial; el prop respira; la interfaz háptica produce sonrisa contenida, no susto. Cadencia: close-up de materialidad, plano de uso, plano general. Cierro con ficha tipo telegrama (cuidado, reparación, legado) y un sello de inspección ficticio que crea mundo.
“Compra una historia, llévate un método”
El retro no es nostalgia si se repara, se actualiza y se hereda.
Lenguaje compartido: Tesla, teteras y personajes mecánicos
No mezclo sin gramática. Las bobinas de Tesla son el coro eléctrico, el teapot racing es el teatro de reglas, y los autómatas son personajes. Cada cual con su tiempo y distancia, pero todos con cables vistos, bornes honestos y ritmo mecánico. En escena, pienso en salón victoriano expandido: normas claras (“por la derecha”, “no tocar aquí”) que suenan a mayordomo educado. La performance tecnológica se entiende y la foto sale sola.
Estandarizar microcontroladores en vestuario: iterar sin dolor
Tres formatos y juego en casi todo:
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Placa principal en panel dorsal o cintura.
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Satélites 1–2 salidas para zonas locales.
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Bus textil con conectores magnéticos y broches como pasamuros.
Firmwares en presets legibles: “respiración cobre”, “latido bajo”, “tic-tac lento”. La chapa de fabricante tapa el puerto de servicio. El esqueleto viaja: prototipo en Epsom, endurecido en Waltham, teatral en Galveston y escalado en Atlanta.
Seguridad y etiqueta: no negociables
Todo lleva interruptor maestro accesible, fusible rearmable, aislamiento del cuerpo y vías de escape térmico. Si la electrónica decide tomar té, hay plan B manual. Las normas se comunican como etiqueta: amables, claras, visibles. El equipo de sala no es policía: anfitriones.
“La belleza es el resultado de muchas precauciones.”
Itinerario útil (anclas para perderse con gusto)
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Fechas, tracks y supply chain de megaconvención: sitio oficial de Dragon Con.
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Plaza cívica, acceso libre, relojería y Watch City: web del festival de Waltham.
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Jardines, espectáculos y cartelera en Galveston: Moody Gardens.
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Modelado y entrega técnica para XR walkable: WebXR en MDN, glTF en Blender, AliceVision/Meshroom, OGC 3D Tiles, Arches Project, copyright OSM.
FAQ
¿Qué es el STEAMPUNK en pocas palabras?
Una estética y práctica que mezcla siglo XIX con tecnología actual: mecánica expuesta, electricidad teatral y humanismo práctico para hacer experiencias comprensibles, táctiles y fotogénicas.
¿Cómo integro interfaces hápticas sin romper la estética?
Con actuadores LRA/ERM ocultos en corredores textiles, difusores de luz de mica o vidrio, y gestos cortos con IMUs y reed switches bajo remaches. Latón por fuera, lógica por dentro.
¿Qué técnicas uso para autómatas seguros?
Robótica blanda: silicona a baja presión, TPU en bisagras vivas, transmisiones Bowden con finales elásticos y embragues magnéticos. Coreografías de baja energía y ruido mecánico intencional.
¿Se puede recrear patrimonio industrial en XR web?
Sí: OSM + LiDAR + glTF + 3D Tiles + WebXR. Entrego walkable en navegador, con capas de ruina/hipótesis/relato y reglas de uso visibles para evitar mareos y choques.
¿Cómo mido el ROI de un festival STEAMPUNK?
Tiempo de permanencia, loops de interacción, € por minuto de contacto, leads a CRM, LTVO, canje de códigos físicos y uptime vs incidentes. Lo viral suma, pero lo que se mide sostiene.
¿Qué define a una cápsula modular lista para plaza y Dragon Con?
Base robusta y overlay técnico: harness interno, baterías swap, MOLLE victoriano y paneles reversibles. De día cívica; de noche pasarela.
¿Qué papel juegan makers y vendors?
El taller abierto dispara ventas. Etiquetas de época, manuales con aire decimonónico y packs “kit de viaje” convierten curiosos en clientes. Teapot racing y high tea unen comunidad y caja.
By Johnny Zuri
El STEAMPUNK no es disfraz; es método. Prototipo bonito, explico con materia, vendo con historia.
Kipling, Verne y un refrán
“La forma sigue a la función… cuando la función aprende a posar.”
Quedan preguntas jugosas: ¿Hasta dónde podemos miniaturizar microcontroladores en vestuario sin tocar el confort? ¿Qué interfaces hápticas cuentan una historia sin parecer notificación? ¿Cómo convertir un lookbook en contrato de mantenimiento y reventa? En Epsom pruebo, en Waltham legitimo, en Galveston teatralizo y en Atlanta escalo. Y si algún día una tetera me gana un sprint, será porque la programé para ello. ¿Nos vemos en la plaza o en la mega?