La historia está repleta de personajes famosos por haber destacado en alguna de las ramas del arte, a pesar de sus problemas de audición. No siempre las soluciones a estos problemas auditivos fueron tan eficaces como hoy día, con soluciones como las de audífonos Phonak, para más información visite este portal. Estos son algunos de los personajes famosos con problemas de audición.
La primera en la lista: Marlee Beth Matlin. Nación en 1965 en Illinois y a los 18 meses ya se quedó sorda debido a una enfermedad. En 1986 le concedieron un OSCAR por su papel en la película “Hijos de un dios menor”. También ganó un globo de oro a la mejor actriz dramática. Después de un notable programa de rehabilitación consiguió hablar por vez primera en otra película: Bridge to silence.
Hellen Keller era ciega y sordomuda, pero aprendió a hablar, escribir y leer, terminar una carrera universitaria, dominando al final varias lenguas. Ella aprendió a leer en Braille y fue una actriz de cierto prestigio. No podríamos olvidarnos del sordo más célebre, Ludwig Van Beethoven, que se quedó sordo a los 28 años y aún así pudo crear joyas de la música como la Sinfonía nº 9.
Thomas Alva Edison fue uno de los inventores más conocidos y tuvo su etapa más activa precisamente cuando apenas tenía capacidad auditiva. Brenda Costa, una modelo brasileña es sorda de nacimiento, y eso no le impide ser una de las modelos más cotizadas del momento en su país.
Lou Ferrigno ganó dos veces el Título de Mister Universo y ahora es un gran conferenciante y participa en todo tipo de programas y conferencias por todo estados Unidos. C.J. Jones es uno de los actores sordos afroamericanos que más papeles hace en Hollywood. Comenzó en los setenta y hoy sigue en primera línea.
De entre los más antiguos, Francisco de Goya Lucientes, el célebre pintor de “Los fusilamientos del 3 de mayo” y “La maja desnuda”, que s epueden contemplar en el Museo del Prado de Madrid, fue sordo también. Fue él quien consiguió que el regente Manuel Godoy, en 1795 crera la primer aula para enseñar a sordomudos.
Y para terminar, Claudio, el emperador romano que conocimos, sobre todo, de la mano de Robert Graves y la novela “Yo, Claudio“. Significó para Roma un oasis de paz y tranquilidad tras años y años de violencia, despotismo y dirigentes llevados por la extrema locura. Significó también el triunfo de la razón y la inteligencia por encima de los prejuicios, la ambición y y el poder absolutista.