
Para los entusiastas de los vehículos, es bastante difícil superar la V. O. de The Italian Job, de mil novecientos sesenta y nueve. Posiblemente la flota de Mini haya tenido más tiempo de pantalla, mas un Lamborghini Miura P400 de color naranja que cruza la carretera del puerto del Gran San Bernardo es una de las combinaciones más icónicas de autos y locaciones. El vehículo semeja tener un final poco afortunado en la película, mas subsistió a la grabación y termina de ser redescubierto por Lamborghini. Mas el auto utilizado para la escena del accidente fue realmente otro Miura que Lamborghini le dio a Paramount Pictures.
Ese ejemplar ya se había estrellado, con lo que no era tan grave como destruir uno completamente nuevo. Eso dejó que los diseñadores echasen a correr su imaginación, creando un auto que hacía que todos giraran la cabeza en los años sesenta y que prosigue siendo uno de los mayores éxitos de la firma italiana el día de hoy bajo el alero del Conjunto Volkswagen. Por último, acabó en la Compilación Kaiser de Vaduz en Lichtenstein, que se aproximó a Lamborghini para confirmar que el Miura naranja era exactamente el mismo que se empleó en la película. Polo Storico, la unidad de Lamborghini responsable de restaurar autos viejos y regentar los ficheros de la compañía, desentrañó el misterio.
Moruzzi aún recordó haber pedido a la factoría que cambiara los asientos de cuero blanco por negros, por el hecho de que le preocupaba que se arruinasen a lo largo del rodaje. No obstante, no hubo tiempo preciso para mudar los apoyabrazos, con lo que el auto apareció en la película con tapicería no coincidente. Tras la grabación, el Miura se vendió a un usuario italiano y se abrió camino mediante múltiples dueños ya antes de ser comprado por su actual dueño en dos mil dieciocho. Asimismo se piensa que se ha localizado un Aston Martin DB5 original de la película de James Bond Goldfinger, del que el fabricante británico está edificando veinticinco nuevas versiones.