EL PENDIENTE QUE NUNCA PASA DE MODA: HISTORIA – ¿Alguna vez te has preguntado algo acerca de la historía de los pendientes y de algunos modelos y diseños de esos que nunca pasan de moda? Los pendientes con diseños finos y sencillos, bañados en oro, rosa y plata de ley nunca pasan de moda. Esos pendientes pequeñitos con piedras o circonitas… Hay muy buenas alternativas online en internet para comprar pendientes originales y a un precio económico.
Es un complemento para adornar las orejas, aunque hoy en día no es la única parte del cuerpo donde solemos ponérnoslos. Con la forma de fácil arete el pendiente se encontró primero en sepulturas de la Edad de bronce y consta que se utilizaba entre algunos pueblos antiguos como adorno de la nariz. El arete con su colgante figuraba en los relieves de individuos asirios pero no se aprecia en los de Egipto donde se ve que no estuvieron muy de moda.
La utilización de los pendientes de mujer, en exclusiva fue en la edad media. En esta época se convirtieron en elementos relevantes para asuntos como la conquista de la pareja. Al ser interesantes y ostentosos demostraban a los hombres la familia de la que provenían. Algunas indagaciones revelaron que a lo largo de la edad media se usaron colores específicos que ponían de manifiesto las pretensiones de las mujeres.
EL PENDIENTE: HISTORIA
Origen de los pendientes de aro
Se desconoce el origen exacto pero se han encontrado aros en Ur, Mesopotamia, en las tumbas sumerias del 2500 antes de Jesucristo. Tenía que ver con amuletos, ornamentados comúnmente con una serpiente o una luna, y tenían el don de asegurar las orejas, que se consideraban como las puertas abiertas a los espíritus. Los ejemplares más antiguos tienen más de seis mil años y proceden de Egipto, en donde las primeras dinastías eligieron manifestar su estatus popular a través del uso de complementos como estos. Los egipcios por lo general trabajaban con plata y con oro, e incrustaban en estos metales y piedras como la coralina, el jaspe, la turquesa, la amatista y el lapislázuli por ejemplo.
Tuvieron evocaciones eróticas, pero en particular señalan al vínculo que une a quien los lleva con la persona que se los regaló.
Los pendientes continuaron su evolución a lo largo de toda la historia, hasta el siglo XX y se sabe que los primeros pendientes fueron para hombre. Hoy en día tenemos los llamados Piercings, constituidos por solo una parte, y que gracias a la diversidad de sus diseños tienen la posibilidad de ser usados en cualquier parte del cuerpo, tanto por hombres como por mujeres.
EL PENDIENTE: HISTORIA
La evolución de los pendientes
Estos complementos fueron evolucionando en relación a su diseño, materiales y concepto. Si nos remontamos a los años III y II antes de Cristo ya hayamos numerosas representaciones de aretes más intrincados hechos con oro, plata y piedras, elaborados por sumerios, babilonios y asirios. Los romanos dejaron también su huella en la utilización de pendientes. Como los griegos, que usaron técnicas más refinadas y distinguidas para hacer aros con discos y rosetas de filigrana.
También fueron los pendientes elementos característicos de modas como la hippie, de la que se hicieron los característicos aros diseñados con el símbolo de la paz.
Los profesores joyeros de este siglo abogan por la creación de diseños únicos que se adapten a las tendencias populares.
Unos de los grupos que más usó los pendientes fueron los piratas, en su mayoría hombres, según el imaginario que se tiene de ellos. Uno de los historiadores del fenómeno, Toby Gibson, señala que los piratas siempre han adornado sus orejas con metales como plata y oro, como símbolo de los bienes que buscaban incansablemente. No obstante, cuando en medicina se descubrió que agujerear las orejas podía ser un síntoma de optimización de la visión, rápidamente se relacionó con la narración de estos ladrones.
En la vieja Grecia, estas joyas se difundieron popularmente en su mayoría entre la población, inclusive en clases menos adineradas. Sucesivamente en el medioevo, además de ser un elemento utilizado por las mujeres, adquirieron un valor precioso en el sentido real de la palabra, pues para su realización, se emplearon en forma siempre más recurrente, piedras y perlas. Las gemas preferidas eran las piedras mas coloridas y al final del 1.700 ingresó en esto el diamante.
También los pendientes fueron usados por escritores y nobles, los primeros en usarlos, que eran de enorme visibilidad y muy vistosos. William Shakespeare llevaba un pendiente en la oreja izquierda.
Volviendo al tema de la tendencia masculina, marineros y piratas, en libros, historias de aventuras, pero también en documentos que prueban que así sucedía en la verdad, llevaban enormes aretes con apariencia de círculos. Según la creencia, el pendiente se convertía en una recompensa para todos los que hubieran sepultado el cuerpo, en la eventualidad de una muerte en guerra.
Para las culturas del medio oriente, tienen enorme valor los pendientes hechos de plata y en virtud de este metal precioso, es que pareciera tener un concepto propiciatorio. Tras vivir un cierto ocaso en la Edad Media, se recobraron y hoy en día son un accesorio recurrente para muchas mujeres, y cada vez para más hombres, otra vez.