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Vanderwood, al parecer, especialmente con respecto a su descripción del bandidaje durante las Guerras de Reforma y la intervención francesa, y la restauración de la república, produjo una gran confusión. El autor partió de imágenes populares ya asentadas sobre el bandido, ubicándolas en su contexto histórico.
Alan Knight, en su reseña de la obra, señaló hace mucho tiempo la confusión conceptual de Vanderwood cuando examinó ciertos movimientos armados populares en el fenómeno del bandidaje. El límite no fue tanto sus fuentes -la prensa, documentos oficiales y algunos trabajos académicos- ya que estas nos permiten comprender relativamente bien el pasado, así como su particular forma de ver las cosas.
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Como otros escritores, Vanderwood se ha sumado a la crítica del concepto de bandidaje social de Eric Hobsbawn. De la obra del prestigioso historiador inglés, en particular Bandidos, publicada originalmente en 1968, había surgido una noción del bandido como protector, defensor y vengador de los campesinos pobres y oprimidos.
Los bandidos mexicanos son bien conocidos por los críticos de Anton Blok sobre el tema y han sido reproducidos en América Latina, más o menos en los mismos términos, por muchos autores, entre ellos Vanderwood. Se dijo que no había coherencia entre el bandido social y el mito que lo convertía en un héroe, y en última instancia, no representaba una forma particular de rebelión y protesta campesina, como había sugerido Hobsbawn.
Los bandidos aterrorizaban con frecuencia a sus propios compatriotas en el campo. Los bandidos, sociales o de otro tipo, buscaban la protección de hombres poderosos, a quienes debían lealtad, y sin los cuales no podrían tener éxito. Hobsbawn, en resumen, había abusado de sus fuentes limitadas, en su mayoría poemas y baladas populares, construyendo una versión idealizada de los bandidos y oscureciendo así sus vínculos con el poder.
A pesar de la importancia de los argumentos anteriores para reconsiderar el concepto de bandidaje social, los revisionistas solo han reafirmado una simple oposición bandido / no bandido.
No lograron romper la predilección metodológica de Hobsbawn por la construcción tipográfica en detrimento del análisis de procesos. Para ello, la definición del bandido social se basó en una simple atribución de elementos, promoviendo así su esencialización. Sin embargo, preguntas de carácter procedimental, como “por qué un hombre puede ser a la vez un bandido social en sus montañas nativas y un simple ladrón en las llanuras”, planteadas por el propio Hobsbawn, aunque no se han resuelto, han sido completamente respondidas. Es decir, se trataba de un ejercicio de tipificación, por un lado, y de señalar inconsistencias, por otro, y no de un análisis histórico de un proceso social,
De hecho, Vanderwood reprodujo, quizás sin darse cuenta, de manera simple y completa, el discurso político de la época basado en estas distinciones. Así, el autor se basó no tanto en la prensa o los documentos oficiales como en lo que ciertos actores privilegiados expresaron sobre ellos.
Los bandidos estaban surgiendo en casi todas partes, en gavillas de miles, arruinando las fortunas de otros, retrasando el comercio, matando con indiferencia, secuestrando, quemando pueblos enteros. Durante este siglo, afirma, los bandidos tenían el poder.
Las circunstancias de las guerras de tres años y la intervención francesa empujaron al gobierno liberal liderado por Juárez a pactar con ellos, quienes así se convirtieron en combatientes y, al final de los conflictos, en gendarmes rurales. Aunque concede que “algunos” de sus integrantes pudieron haber tenido alguna convicción, la guerrilla liberal era, básicamente, un grupo de delincuentes, vestidos con trajes de “charro”.
Las guerrillas liberales son bandidos que “no defienden ningún principio político” y que están motivados “sólo por la sed de pillaje, el deseo de poseer, a fuerza de delitos”, son algunas de las palabras clave preferidas. Habría sido suficiente profundizar un poco más para darse cuenta del uso singular que se hacía entonces de la categoría de bandidos.
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